Ayer se extinguió la vida de Carmen Amaya - Dolor y Consternación, La Vanguardia Española - Miércoles 20 de Noviembre de 1963
02.05.2013 10:07En su finca La Masía, de Bagur, falleció esta mañana, a las nueve y cinco, la famosa artista Carmen Amaya. La noticia, aunque temida, dado el estado en que había entrado desde ayer la célebre bailaora, ha producido una honda consternación apenas ha sido conocida, siendo numerosos y continuados los testimonios de pésame que desde los primeros momentos han llegado a Bagur con tal motivo. Carmen Amaya ha dejado de existir tras soportar con ejemplar resignación la enfermedad que padecía, rodeada de todos sus deudos y amigos más directos. La finca La Masía es un lugar sencillo, marinero, ubicado en un rincón de Bagur, adonde la artista, por propio deseo, haoía sido trasladada desde la Clínica de Barcelona. En Bagur, el fallecimiento ha conmovido vivamente a todos sus moradores,y él pesar que embarga a la población es grande. Son constantes e ininterrumpidos los testimonios y los mensajes de condolencia por la muerte de la gran artista. A Bagur se han trasladado muchas personalidades, y el camino que conduce a La Masía registra un continuo peregrinar de gentes de todas las posiciones sociales que se identifican en un mismo sentimiento. Mañana, al mediodía, tendrá lugar el acto de sepelio de la célebre artista. Se prevé una manifestación de duelo como jamás se haya registrado en Bagur. Entretanto, siguen recibiéndose innumerables testimonios de condolencia, lo que demuestra la simpatía con que contaoa la artista desaparecida.
Bagur vive la triste actualidad del acontecimiento y participa del doloroso momento en toda su intensidad.
EN EL MOMENTO DEL ÓBITO
Durante toda la noche se turnaron los familiares de Carmen Amaya para estar constantemente ai cuidado de eila. Junto su lecho estuvieron presentes su esposo, don Juan Antonio Agüero, dos hermanos de éste, la madre de Carmen, doña Micaela Moreno, y otros iamiiiares. A las ocho de esta mañana, la enferma empezó a transpirar sudor frío y los que estaban a su lado sospecharon que se acercaba el fatal desenlace, hecho que ocurrió poco después de las nueve.
Carmen Amaya no tomaba alimentos desde hacía tres días y soiamente ayer tomó un poco de leche que no pudo asimilar. En el momento de su muerte estaban también junto al lecho los doctores Del Rio, ayudante del eminente urólogo barcelonés doctor don Antonio Puigvert, y el médico de Bagur, don Francisco García. Asimismo, prestándole los auxilios espirituales, estaba a la cabecera de la gran artista el cura párroco de la localidad, reverendo don José María Mir.
Hasta el ultimo momento Carmen Amaya ,tuvo plena lucidez. De sus labios no salía ninguna queja. Tan sólo oraciones y, finalmente, un nervioso beso a su esposo, don Juan Antonio Agüero, cuya mano tenia cogida. En la primera planta de su finca, el cuerpo sin vida de Carmen Ámaya ha sido amortajado en un sudario blanco, cubriendo su cabeza una mantilla igualmente blanca.
TESTIMONIOS DE PÉSAME
Durante la mañana de hoy desfilaron por la casa mortuoria casi todos los vecinos de Bagur, para testimoniar su pésame a la familia. Poco después del mediodía llegó el doctor Puigvert quien, después de permanecer largo rato en la finca, reemprendió viaje de regreso a Barcelona. Se están recibiendo infinidad de telegramas de todas partes, y entre ellos figuran uno de Estoril, de los Condes de Barcelona; otro, de Buenos Aires, del bailarín español Miguel Molina, y otro de Londres, de La Greca, cuyo esposo se encuentra en la finca de Carmen. Carmen Amaya y su esposo, Juan Antonio, eran padrinos del hijo de La Greca. También se han recibido testimonios de condolencia de las autoridades provinciales de Gerona.
En el acto del entierro que tendrá lugar mañana , a las doce, el ataúd será transportado a hombros. - Cifra
RECUERDO ADMIRATIVO DE VICENTE ESCUDERO
Vicente Escudero, que hace muy pocos días ha cumplido 75 años, se ha mostrado muy afectado cor la muerte de Carmen Amaya. Carmen ha muerto —ha dicho— por exceso de trabajo, como murió La Argentinita, ya que eran tan amantes de su arte que querían hacerlo llegar a todo el mundo. Carmen era única. Yo la conocía desde que tenia dos años y puedo decir que aquéllos que no la han visto sufren ya una irreparable desgracia.
Ella, que era una mujer físicamente sutil, era capaz de desarrollar en su arte una potencia de mil caballos de fuerza. Nunca llegamos a bailar juntos, aunque en Nueva York se preparó un gran festival para que lo hiciéramos. Carmen,aparte de ser una bailarina genial, era una persona excelente que no tenía nada de ella. Nunca existirá otra bailarina como ella —dijo finalmente-, porque aquellos que quieran imitarla no conseguirán hacer más que una mala caricatura. Su personalidad era inimitable. —Cifra.
LA NOTICIA EN MADRID
Madrid, 19. (De nuestra Redacción, por teletipo.)
En el plató donde estaba rodando un film, se enteró de la noticia de la muerte de Carmen Amaya el bailarín Antonio, quien a la persona que se la comunicó manifestó: Era una genialidad del baile. Uno de nuestros redactores se puso inmediatamente al habla con Pilar López, quien se mostraba desolada. Fue una amistad fraternal la que tuvo con mi hermana y yo la quería muy de veras. Era una artista genial. Mi marido y yo —añadió— salimos en seguida para Barcelona para mañana asistir en Bagur a su entierro. En el intento de hablar con Pastora Imperio, que se encuentra en Sevilla y con la cual no pudimos hacerlo, lo hicimos con su yerno Gitanillo de Triana. Este nos recordó los días que Carmen había bailado con ellos en El Duende: Era un manojo de nervios hecha bailarina, y con voz de gran dolor terminó diciendo: Es una pérdida grandísima para la danza. En ausencia de Alfredo Mañas, hablamos con su esposa, quién nos dijo que su marido —como es sabido autor de la obra Los Tarantos, hoy en cartel en dos cines de Madrid— tiene en proyecto y para ello ya ha recogido infinidad de datos y documentos para una biografía de la que fue genial bailarina. En cuanto a La Chunga, prima de Carmen Amaya, se mostraba en extremo impresionada por la muerte de ésta, y tan sólo sabía decir lo gran bailarina que era. Lola Flores ha manifestado, poco después de enterarse de la muerte de Carmen Amaya: ¡Me he hartado de llorar! Tengo la foto delante de mí cuando, tan sólo hace cinco meses, entró a saludarme al camarín en Méjico, después de dedicarle una canción. La conozco de toda la vida, y he sido su más grande admiradora. Ha muerto como un gran genio del baile.
La Vanguardia Española - Miércoles 20 de Noviembre de 1963 Gerona, 19, (Crónica de nuestrocorresponsal, J. VILA)