La Chunga nos habla de Carmen Amaya
16.07.2013 18:00Transcripción de una entrevista realizada en Tablao Cordobes.
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M: ¿Que nos puedes contar de Carmen?
CH: Pues mira, yo bailaba en un tablao y vinieron unos productores ingleses y me dijeron que les encantaría que yo fuera allí a bailar, en una película con Robert Taylor. Lo primero que dije, sin preguntar por el dinero o los días, fue si iba a ver a Jhonny (Glen Ford), un americano que le pega la bofetada a Gilda, y me contestaron en inglés, no sabían una palabra en español... y me contestaron “que Jhonny”, se lo explicaron y me lo prometieron, que lo primero que íbamos a ver a Glen Ford. Me llevaron a un estudio donde estaba haciendo una película de aviones, que estaba… Con ese traje azul… así muy muy clarito, todo maquillado… y mira... me quedé una hora mirándolo...Con la boca abierta. Fue una locura.
Yo ahí hacia un baile que yo tenía mi marido allí, se suponía… y el me anuncia (Robert Taylor) porque él se iba a separar y vino la mujer, y me venían a ver por qué yo era miga de Robert Taylor.. Entonces viene la mujer y él dice… ¡Ahora va a bailar La Chunga” en español, yo tenía un marido que me sacaron, y le tenía que dar un beso y yo dije que NO. Así que bailando, le azoto en la cara y sigo bailando... y dije, eso sí…pero beso no.
Pinto que fue el que me descubrió a mí, y lo que te cuento es la verdad y de corazón… me dijo “¿Si nos vamos para España, van a decir que ha sido un fracaso, que no has tenido éxito…” y entonces pensó Pinto, “por aquí quien está? Y nos enteramos que Carmen Amaya estaba en Nueva York, y nosotros teníamos unos billetes, que si tu no usabas los perdías y en aquella época era una fortuna. Así que decidimos perder los billetes pero irnos a NY a ver a Carmen. Pero, con lo grande que es NY como vamos a encontrar a Carmen en una ciudad tan enorme? Así que decidimos ir al barrio latino… y de verdad… ahí estaba Dios, porque no es normal, y lo primero que nos encontramos es la compañía de Carmen Amaya.
“Hay Chunga, por aquí, Chunga por allá” – “¿Nos acompañáis a ver a Carmen?”
Carmen Amaya vivía en uno de esos hoteles que tienes cocina, salón y dos camitas…así que solo que me vio se volvió loca, me empezó a abrazar, besos por aquí, besos por allá… le contamos todo lo que nos pasaba.. y fíjate como era, si era buena como bailaora, como persona era el triple.
En las dos camitas, una de Carmen y la otra de su marido, al marido la mandó al salón y a mí me puso con ella a dormir. Estuvo hablando en el Chatau Madrid que entonces era fenomenal, era de primera categoría que ella también estuvo bailando, y me buscó allí un contrato, trabajé en el Chateu Madrid en Nueva York, y luego le pregunté si sabía de alguien que nos pudiera contratar, ya que en esa época yo iba con un guitarrista Ramón Gómez que cantaba y tocaba la guitarra, y yo bailaba, éramos dos personas y Pinto.
Carmen dijo “Voy a llamar a Méjico, al Patio” y en el Patio nos contrataron un año y medio para bailar, y cuando ya llegamos a España porque yo era una cría, dijo Pinto “Ahora si es el momento”.
De ahí, fue “Chunga, Chunga...” y en todos sitios hasta ahora…